Observaciones:no disponible
Relaciones familiares:Padres: Félix y Francisca
Nació el 18 de marzo de 1896, en Tolosa. Vascófilo y nacionalista de renombre, fue nombrado en 1930 director de la recién creada sociedad Euskaltzaleak. Al estallar el alzamiento, Aitzol se encontraba en Donostia, y si bien los primeros días anduvo de aquí para allá, le recomendaron que huyera. El 2 de agosto de 1936 cruzó la frontera y el 11 de septiembre se fue al monasterio benedictino de Belloc.
Parece ser que allí realizó una serie de intentos para alcanzar un acuerdo de paz. Visto que todos sus esfuerzos fueron infructuosos, decidió volver a Bilbao para trabajar al lado del Gobierno Vasco, pasara lo que pasara. El 15 de octubre, tomó el barco Galerna en Baiona y partió hacia Bilbao. El legislador tolosarra Germán Iñurrategui recogió en sus memorias las razones que le dio Aitzol para volver en período de guerra: "La causa de Dios, primero, y la de mi pueblo después, precisa del auxilio espiritual de sus ministros, más , mucho más en la guerra que en la paz. Aparte de toda otra consideración, mi misión no está cerca del convencido, sino del ignorante. ¿No dicen ustedes que los vascos han perdido la fe y que la religión sólo se asentó en su bando? No capitán; mi deber y mi apostolado me obligan a abandonar la inactividad de Betherran y correr a prestar los auxilios espirituales a aquel que me los reclame...".
A mitad de camino entre Baiona y Bilbao fueron interceptados por el barco Alcázar de Toledo y todos los pasajeros fueron detenidos con la promesa de que respetarían sus vidas. Aitzol fue llevado esa misma noche a la cárcel de Ondarreta. En la prensa favorable al movimiento, su detención apareció en titulares: "El barco rojo "Galerna" es apresado cuando se dirigía de Bayona a Bilbao (...) Entre los pasajeros figura el sacerdote señor Aristimuño, conocidísimo propagandista del separatismo vasco que en sus trabajos periodísticos solía emplear el seudónimo de Aitzol" (La Voz de España, 16/10/1936); "Después de la captura del "Galerna" que conducía correspondencia y algunos pasajeros tan siniestros como el energúmeno Aitzol, sacerdote separatista" (El Diario Vasco, 17/10/1936).
En aquellos días también estaba preso en Ondarreta el periodista francés Jacques Pelletier, que posteriormente publicaría un libro en el que describió el sufrimiento de Aitzol tras ser apaleado. Cuando llevaron a Aitzol de vuelta a su celda estaba abatido y ensangrentado, no era capaz ni de mantenerse en pie por sí mismo: "Oí gritar y el ruido sordo de los vergajazos sobre un cuerpo. En la habitación próxima torturaban a un hombre. Oir cómo se pega a un animal es ya impresionante, pero oír pegar a un hombre es espantoso. Los golpes continuaron largo rato. Los ayes se convirtieron pronto en gritos agudos, después en quejas, cada vez más débiles, hasta perder todo el aliento. Cesaron y ya no oí más que el martillero de las matracas de caucho sobre un cuerpo interte, como un colchón. El suplicio duró lo menos una hora. Yo estaba helado de espanto, de horror. Se abrió una puerta. Apareció la víctima. Era el inteligente abate Ariztimunio (sic), mi amigo del "Galerna". Resultaba difícil conocerle. La sangre le nublaba la vista y no podía verme. Se quejaba débilmente y apenas podía andar."
Firmó la carta de libertad el 17 de octubre, según consta en el expediente procesal de Ondarreta. A la mañana siguiente, el 18 de octubre, fue fusilado contra el muro del cementerio de Hernani. Este cura euskaltzale de Tolosa no estuvo procesado en consejo de guerra.
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