Toribio Alzaga (1861-1941) nació en San Sebastián, en la calle 31 de Agosto. Su trayectoria en el teatro no pudo ser más prolífica. Al estallar la Segunda Guerra Carlista, en 1872, su familia huyó de la ciudad y se refugió en Ziburu. Allí estudió Alzaga el bachillerato, donde tuvo su primer contacto con el teatro vasco. También estaba el joven Marzelino Soroa, que inventó el teatro cantado 'Iriyarena'. Alzaga estaba entre los que lo prepararon y parece que el gusanillo del teatro se le quedó para siempre metido en el fondo. Terminada la guerra carlista los Altzaga regresaron a casa.

También en San Sebastián se representó 'Iriyarena', en 1878. En realidad, era una obra en castellano, pero también tenía algunas partes en euskera. En 1888 publicó su primera comedia: Aterako gera. Sea como fuere, el teatro no era para Alzaga más que afición. Era carpintero de profesión; trabajaba en el taller que su padre le había prestado.

El año 1915 fue clave tanto para Alzaga como para el teatro en euskera. El Ayuntamiento de San Sebastián creó la Escuela Iztunde en la calle Garibai, donde tuvo su sede la oficina de Kutxa. Alzaga fue el director y profesor de dicha escuela. Iztunde era una escuela de teatro. Dejó la carpintería en un segundo plano y se dedicó de lleno al teatro.

Tenía una mano hábil para escribir comedia. Escribió una treintena de obras de teatro en euskera: Neskazar, Amantxi, Biozberak, Jostirudiak e Irritza (traducción de Macbethobra de Shakespeare)

La mayoría de sus obras fueron escritas entre 1920 y 1930, es decir, con más de 60 años. Tenían que preparar tres actuaciones al año en Iztunde Eskola para su puesta en escena en las tres fiestas principales de Donostia: el día de San Sebastián, el lunes de carnaval y Santo Tomás. Pero en diferentes rincones de Euskal Herria se pudieron ver las obras de Alzaga. No era solo profesor de teatro, también enseñaba euskera. El día de Santo Tomás de 1930 recibió un emotivo homenaje.

La vida asestó duros golpes a Alzaga. Su mujer, María Pilar, y él tuvieron cinco hijos, y salvo uno, todos murieron jóvenes. En los últimos años de su vida sufrió mucho. Durante la guerra de 1936 fue depuesto de su cargo de profesor al clausurar la escuela Iztunde y encarcelado en la cárcel de Ondarreta; para entonces ya se encontraba enfermo. Familiares y amigos tuvieron trabajo para conseguir que saliese libre.

Murió a los 80 años, víctima de asma cardíaca. Alzaga era un fumador empedernido, y como estaba enfermo, tenía prohibido fumar. Pero cuando estaba a punto de morir le dejaron fumar el último cigarrillo.