La primavera ha llegado y con ella empiezan a surgir todo tipo de insectos. Ya se han comenzado a observar los primeros enjambres de abejas, además de mariposas y avispas de varios géneros y especies.

Entre estas últimas se encuentra el avispón europeo, Vespa crabro, que debido a su gran tamaño a menudo es confundido con la avispa asiática, Vespa velutina. Como su nombre indica, es autóctono y aunque por sus dimensiones se le ha considerado peligroso, se debe aclarar que no ataca si no siente amenazado su nido o ellos mismos. En contra de lo que la mayoría de la sociedad cree, dichos avispones colaboran con el ser humano tanto en la polinización (al igual que las abejas, mariposas, mariquitas...) como en su lucha contra plagas presentes en jardines y huertos. Son los hábitos alimentarios del avispón lo que le permite realizar un control biológico, ya que comen pequeños insectos, evitándonos asi tener que utilizar pesticidas, tan perjudiciales tanto para los insectos y otros animales, como para el propio ser humano.

Conscientes de dichos beneficios y con una población cada vez menor de avispón europeo, países como Alemania y Austria hace años que decidieron protegerlo por ley. Bien castigando la eliminación de un nido de Vespa crabro ―siempre que no exista justificación― con multas elevadas, bien colocando cajas en las que la reina de avispón pueda crear su propio nido.

Se llega a dar el caso de que algunos apicultores colocan como medida preventiva cajas para avispón cerca de las colmenas, conocedores de que el avispón cazará de noche polillas de cera (Galleria mellonella L..), una de las plagas que perjudican a las colmenas de abejas.

Quizá el confinamiento nos sirva para observar en las plantas de nuestros balcones y ventanas insectos entre los que se incluye el avispón europeo, y esta vez en lugar de asustarnos le permitamos seguir su camino