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Renaturalización del arroyo Santa Teresa de Morlans
Se han utilizado soluciones basadas en la naturaleza para alcanzar un ecosistema más fluvial
En el pasado, los desarrollos urbanísticos y modelos de urbanización de nuestro territorio en general y de San Sebastián en particular transformaron la red fluvial del municipio.
Por un lado, por el soterramiento y modificación del trazado de muchos pequeños cauces y su encauzamiento en canales de hormigón. Por otro lado, a pesar de que muchos arroyos quedaron al descubierto, porque se hormigonaron sus cauces y se eliminó su sinuosidad. Y en otros casos, por la alteración total de la vegetación fluvial, mediante la plantación de especies no aptas para el medio fluvial o el mantenimiento de céspedes ajardinados hasta el borde del arroyo. Es más, en la actualidad se puede observar en los márgenes de los ríos la presencia de vegetación alóctona inadecuada, a veces invasora, que desplaza la vegetación natural de la ribera y modifica los hábitats fluviales del entorno. Todos estos cauces alterados presentan un estado lamentable.
El Servicio de Sanidad Ambiental y Sostenibilidad del Ayuntamiento de San Sebastián lleva más de una década recogiendo información sobre el estado de la importante red fluvial de arroyos del municipio, y ha podido confirmar que en la mayoría de los casos están claramente artificializados. Con el fin de modificar esta situación, el Servicio lleva años renaturalizando estos ríos y arroyos.
Objetivo: recuperar el ecosistema del arroyo
Entre los arroyos modificados se encuentra el arroyo Santa Teresa de Morlans. Desde la ladera de Arbaitzaenea, tras una fuerte pendiente, vierte sus aguas al arroyo Morlans a la altura del bidegorri. Este último también se encuentra totalmente alterado, ya que fue canalizado y enterrado para la construcción de los barrios de Morlans y Amara. El entorno de la regata Santa Teresa fue modificado, primero para la construcción del ferrocarril San Sebastián-Bilbao y posteriormente para la construcción del bidegorri, de manera que los últimos 18 metros del cauce fueron revestidos con hormigón.
Esos últimos metros son los que se han renaturalizado a fin de alcanzar un ecosistema más fluvial. Para ello se han utilizado soluciones basadas en la naturaleza (SBN), de forma que la actuación queda plenamente integrada en este entorno del arroyo a través de diversas acciones:
Se ha eliminado gran parte de la canaleta de hormigón que cubría el cauce y se ha sustituido por una rampa escalonada de piedra y madera.
- Se han colocado estaquillas de sauce para proteger las riberas.
- Se han construido entramados simples de madera para el refuerzo de las laderas en determinados puntos del arroyo.
- Se han introducido pequeños obstáculos para la creación de recovecos y el desarrollo de hábitats fluviales.
- Se han eliminado los pies de la especie invasora Ligustrum japonicum y anillado las acacias. Además, se han plantado sauces, alisos y fresnos con el objetivo de recuperar la vegetación de la ribera y obtener el típico bosque de galería.