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Puntos de visita del cementerio de Polloe
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03. Panteón Cortázar
- Año: 1882
- Propietario: FAMILIA CORTAZAR Y ECHAVE
- Arquitecto: Antonio Cortázar (1823-1884)
- FAMILIA CORTAZAR Y ECHAVE
- Arte
- Historia
- Ilustres
Antonio Cortázar y Gorría, Destacado arquitecto donostiarra de la primera promoción de la Nueva Escuela de Arquitectura de Bellas Artes de San Fernando, que ejerció como Director Provincial de Caminos de Guipúzcoa. Entre sus obras destacan especialmente; el primer puente de piedra de la ciudad, el "Puente de Santa Catalina" y el conocido como el "Ensanche Cortázar" primer ensanche de la ciudad tras el derribo de sus murallas y referente en la urbanística moderna europea.
Destaca también por ser el cabeza de familia de una saga de notables arquitectos que se encuentran enterrados en este panteón entre ellos, su hijo, Ramón Cortázar Urruzola (+1945) o su yerno, Manuel Echave Zalacaín (+1908). Ambos dejaron un extenso legado arquitectónico a la ciudad de San Sebastián destacando edificios tan singulares como la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa, el antiguo Balneario de La Perla y La Caseta Real de Baños, el Bellas Artes (declarado BIC por el Gobierno Vasco el 4/04/2015), el conjunto arquitectónico entre la Avenida y las calles Fuenterrabía, San Marcial y Guetaria, las tan elogiadas estaciones del Ferrocarril del Urola , la Catedral del Buen Pastor y su torre de aguja calada y muchos de los panteones que a día de hoy componen el cementerio de Polloe.
La ciudad en reconocimiento a su enorme trabajo les ha dedicado una calle en el ensanche de Amara denominada calle "Arquitectos Cortázar".
Descripción del panteón: Conocido en Polloe como el "Panteón de los arquitectos" fue diseñado por Antonio Cortázar el 6 de febrero de 1882. Se trata de un monumento funerario realizado en piedra arenisca, con numerosos elementos que hacen alusión al oficio de arquitecto. Un rico programa iconográfico con una triple superposición de cruces y una triple sucesión de planos, en alusión a la Santísima Trinidad, ofrecen una composición de carácter vertical, símbolo a su vez de la ascensión del alma de los difuntos, aquí enterrados, hacia Dios.
En un primer plano, en la parte inferior, se representa el mundo terrenal. Es aquí donde aparece la primera de las cruces como una construcción con planta de cruz griega de cuyo crucero emerge el pilar funerario. Representa por tanto la cruz en la tierra, iglesia cristiana y base sobre la que se alza el monumento.
El pilar, de forma rectangular, constituye el núcleo central del monumento, en su frente principal lleva incisa sobre la piedra, la inscripción "Propiedad de la Familia de Antonio Cortázar e hijos" mientras que los otros tres laterales aparecen cubiertos por tres placas de mármol blanco decoradas con tres pares de antorchas encendidas e invertidas, símbolo de la vida que se extingue y rematadas con la letra griega omega símbolo del fin.
Los ángulos del pilar están adornados por columnas de fuste liso, símbolo arquitectónico de protección del lugar sagrado donde descansan los difuntos, asegurando, de este modo, su protección en el paso de la vida terrenal a la muerte.
El entablamento está formado por un arquitrabe de tres platabandas marcado únicamente sobre dichas columnas y un friso liso excepto sus cuatro esquinas en los que aparecen talladas en ángulo unas hojas de acanto, símbolos de la superación de las pruebas de la vida.
En la cornisa una sucesión de arquillos decorativos cobijan unas rosetas de piedra mientras cuatro gárgolas con forma animal desaguan los faldones.
En un segundo plano, se representa el paso de la vida a la muerte, aquí aparece la segunda de las cruces nuevamente a través de otra construcción planta de cruz griega cuyos brazos se rematan en cuatro arcos de medio punto que albergan unas hornacinas con urnas funerarias. Se trata de las urnas que contienen las almas de los difuntos que descansan en esa sepultura y que protegidas por el Santo Sudario esperan la Ascensión al Cielo y al día del Juicio Final.
Por último, en el tercer y último plano y para culminar esta ascensión, del crucero de la segunda cruz emerge la tercera cruz, una imponente cruz flordelisada símbolo de Jesucristo y de la Santísima Virgen.
De este modo, Antonio Cortázar ha conseguido representar con la arquitectura y de una forma simbólica y sencilla la ascensión desde la vida hacia la muerte y la esperanza en la Resurrección.