Clasicismo. Un alto pedestal de tendencia clásica se rodea de elementos decorativos propios del arte funerario como son la antorcha invertida, guirnaldas o el sudario. Todo ello es el basamento a la imagen de La Religión, obra del escultor Jacinto Mateu y fechada en 1891, representada como mujer cubierta por amplia túnica. Hoy falta el remate de la cruz a cuyo madero se aferra en su meditación. Dos altos zócalos macizos, cercando las dos sepulturas, crean un espacio íntimo.

Martín Zozoya Mendiverri, *1836 Garzain (Na) + 1904 San Sebastián. Casa con Domitila Laredo. Martín es un baztanés que  emigra a Cuba. Allí nacen sus hijas Domitila en la ciudad de Remedios el año 1869 y en Caibarién nacerán Carmen y Martina en 1871 y 1872. Es un rico terrateniente y propietario agrícola. Hace carrera política saliendo elegido en las elecciones generales para Diputado a Cortes ininterrumpidamente de 1884 a 1895 por las circunscripciones cubanas de Santa Clara y Remedios.

Su hija Carmen es reconocida aún hoy como la benefactora de Caibarién en cuya ciudad se levanta un busto a su memoria. Aunque llega a San Sebastián con 21 años no olvidó su ciudad natal. Este sentimiento quedó patente en su testamento pues en él dejó diferentes donaciones como la contribución a la construcción del Hospital de Caibarién que lleva su nombre o el Colegio del Sagrado Corazón. Participa en las obras de la Catedral del Sagrado Corazón y San Ignacio de Loyola en La Habana. El Pabellón Menor del Seminario de Comillas en Cantabria o el hospital de Elizondo en Navarra son fruto de su caridad.

Aparecen en San Sebastián a partir del año 1880. Merece la pena leer la impresión que causaba la heredera, de 33 años, en un periodista salmantino de la época:

Vive aquí, en su chalet de la Concha, la respetable señora doña María (Carmen) Zozaya, viuda de Benjumea. Señora tan enferma como millonaria, dispone de cuantas comodidades se le antojan. El cochecito de flores que a diario le lleva, la escalera modernista para que sus sobrinas suban al pescante del coche; los dos hermosos troncos que lo arrastran, los perritos que llevan dentro de él y la cama de redes que dentro del coche sirve a la señora de Zozaya para quietud y reposo, durante el paseo, hace que a una hora se coloquen todas las tardes buen número de aburridos forasteros a quienes todo le sirve de sport y entretenimiento. [El Castellano, 2 de agosto de 1904]