La cruz ,como único emblema, es imagen que nos traslada a una forma inicial de señalar el espacio de un enterramiento. El registro de finados deja traslucir la pulcritud de los libros de teneduría, cualidad esencial para el orden de una empresa.

Dos son los hermanos que colocan el apellido Rezola en la primera línea de los negocios comerciales y empresariales guipuzcoanos a mediados del siglo XIX: José Antonio Rezola Gaztañaga, cuya empresa Lizarriturry y Rezola producía ya desde 1864 jabones (de su fábrica salió el conocido como ‘Jabón Lagarto') y José María Rezola Gaztañaga quien fundó en 1850 la fábrica de cemento natural ‘La Esperanza', que más tarde sería Cementos Rezola. Tuvo una vida corta, pero pudo sentar las bases del futuro éxito de la empresa: compra los terrenos de Añorga, asegurándose el suministro desde la propia cantera, y se implica en grandes obras públicas. Desde su fábrica se suministró, en 1851, la cal y los sillares para la construcción del muelle del Puerto de San Sebastián.

A la muerte de José María en 1867 fue su viuda Dorotea Olasagasti Irigoyen, quien tomó las riendas de la empresa hasta que tres de sus seis hijos alcanzaran la edad suficiente para hacerse cargo de su dirección. Serán María y, sobre todo, Bernardo y Ricardo Rezola Olasagasti quienes dirijan los destinos de la cementera durante más de medio siglo bajo sus diversas denominaciones: ‘Viuda e hijos de J.Mª.Rezola', ‘Hijos de J.Mª.Rezola' al poco de fallecer la matriarca,  ‘Hijos de J.Mª.Rezola y cía' cuando en 1900 precisan del capital de los Loidi, Lizarriturry, Zulaica, Irastorza, etc., y finalmente Cementos Rezola S.A. cuando, tras la muerte de Bernardo, hay que adecuarse a los tiempos empresariales modernos y convertir la empresa en Sociedad Anónima.

El espíritu del fundador acompañará a sus dos hijos en la continua renovación de sus instalaciones para poder atender encargos de gran envergadura. El hito más importante será la fabricación del cemento artificial Portland a partir de 1901, siendo la tercera cementera española en hacerlo. En este momento comienza su despegue definitivo que le llevaría a ser la primera empresa del sector en España en 1947. Entre esta fecha y 1958 se produjo su gran expansión abriendo nuevas cementeras. En 1989, Ciments Français tomó el control de cementos Rezola.

En torno a la fábrica la familia Rezola proyectó "…zona deportiva, con un soberbio campo de futbol y excelente frontón cubierto, el salón-teatro…la escuela de aprendices para los hijos de los productores…En cuanto a las viviendas, que actualmente son más de 200, son modernas y confortables. Numerosos chalets y hotelitos completan el conjunto. Hay también los correspondientes servicios de economatos, carnicería, pescadería, panadería, así como peluquería de señoras y caballeros. Mas, sobresaliendo por encima de todas las edificaciones del poblado, se yergue la torre de la iglesia…"

ABC "Cementos Rezola S.A. Empresa Ejemplar" 9-08-1955